viernes, 28 de diciembre de 2012

Gastronomía en Segovia

      El cochinillo y el cordero, el lechazo y lechón, frutos de una tierra ganadera, son los reyes reconocidos y célebres de la cocina segoviana de asados sencillos y pulcros, sabores rotundos y ancestrales que sólo pueden rememorar los buenos hornos de leña en manos de mesoneros castellanos, ilustre estirpe ampliamente representada en la urbe y en la provincia.
     
      Los judiones de La Graja de San Ildefonso son primer plato obligado del recio menú de la zona y tienen fama también los garbanzos de Valseca.

      La repostería despliega sugerencias que van desde los delicados dulces conventuales a las rotundas tortas de chicarrones, pasando por los frágiles florones de hojandre, rosquillas, amarguillos, soplillos o bartolillos, leches fritas, calostros y un sin fin de recetas populares, familiares o monjiles. En la ciudad tiene fama el ponche segoviano cuya patente defiende, con celo que llegó a los tribunales, una pastelería de la Plaza Mayor, celosa de una exclusiva que es hoy patrimonio de muchos establecimientos de una ciudad de múltiples y excelentes confiterías.

      Los vinos blancos de la zona de Nieva y Santiuste de San Juan Bautista, con denominación Rueda, con uva verdejo, son habituales en tabernas, bodegas y restaurantes.